Ser bueno es un cóctel, los ingredientes no tienen porque servirse todos a la vez, y varían en su proporción según cada cual.
El cóctel de la bondad esta constituido por tres producto: el poso de la educación que recibimos; el habito de comportamiento que adquirimos al madurar con la practica de esa educación recibida y la llamada de la misma naturaleza que nos arrastra a ser buenos.
Quizás el ingrediente que más sabor da es el que he llamado "naturaleza". Naturaleza es la llamada del Amor, la llamada de la Verdad, la llamada de Dios.
El hombre en su evolución hacía la perfección se siente más "perfecto", se siente más bueno, cuando elige la respuesta que le acerca a los demás, cuando actúa con el otro como le gustaría que el otro actúase con él.
Hasta el hombre más malo que podamos imaginar, tiene un gesto bueno que le hace sentirse bien, y sentirse bien, es sentirse cercano al Amor. Es sentirse cercano a Dios.
Si, eso he dicho, sentirse cercano a Dios.
Todos creemos en el Amor. Es lo más sublime que el hombre puede experimentar. Sin embargo, no comprendemos que DIOS ES AMOR, QUE DIOS SOLO ES AMOR !!!
Muchos no sabemos identificar a Dios en nuestro mundo. No sabemos que Dios es Amor. Esta es la lección más sublime que he recibido en mi vida. Nunca la agradeceré suficientemente. Siempre había buscado la Verdad y el Amor, sin saber que estaba buscando a Dios.
"Ser bueno" es una frase manida por el mal uso, pero no es una frase infantil. Ser bueno, supone ejercitarse en todas las virtudes: caridad, paciencia, comprensión, entrega, desapego material, esperanza ... es la única forma práctica que se me ocurre para trasmitir el Amor, el Amor de Dios.
El Amor de Dios a todos ... y mi campo de actuación está donde yo me encuentre en cada momento.
No hay excusas para empezar a "ser buenos" mañana, no hay dilación en aras de tomar grandes decisiones.
Si tengo que esperar una situación social determinada, un hermano que reúna unas características "especiales" para que yo demuestre mi bondad, si necesito irme a las antípodas para ser bueno. Me estoy engañando.
Me acerca a Dios ser bueno en el día a día, en las cosas "pequeñas", las grandes hazañas se revisten a menudo de públicas glorias fatuas.
Ser bueno tiene que ser una característica inherente a la persona. Tengo los ojos marrones y soy bueno. Todo lo demás son falacias.
Quiero ser buena segundo a segundo, quiero Amar a mi prójimo sin lógica, como Jesús lo hizo.
Se que cuando el hombre se siente amado sin condiciones da lo mejor de sí mismo, y ese dar lo mejor es lo que nos acerca a Dios. Y acercarnos a Dios nos da la plenitud.
Probemos a ser buenos, ser bueno es un boomerang que te lleva a ser más bueno ...
Os emplazo a que seamos buenos y decidme como os sentís luego ...
Esta en nuestras manos ... probemos !!